En los 90 las grandes marcas enfocaron sus esfuerzos a captar la atención del público más joven. Los videojuegos eran el futuro en la época y las empresas entendieron que si entraban en este mercado conseguirían nuevos consumidores. Esto es lo que hizo Pepsi.
Pepsiman, con apariencia similar a Silver Surfer, fue creado en 1998 y se podía jugar en la Play Station 1. Sólo salió a la venta en Japón, pero eso no evitó que se convirtiera casi en un videojuego de culto. Los niveles eran simples y la jugabilidad muy limitada, pero lo bizarro de la idea hizo que fuera amado por muchos. El personaje está basado en la mascota japonesa de la marca del mismo nombre.
Nada tiene sentido en este juego, ya que el argumento cuenta que el mundo está colapsando porque las máquinas expendedoras de Pepsi están vacías. Las misiones incluyen salvar a gente de incendios o accidentes, aunque a fin de cuentas lo único que puede hacer Pepsiman es darles una lata de su refresco.
Por si fuera poco, la banda sonora se compone de una sola canción que se reproduce en bucle una y otra vez, haciendo la experiencia de juego molesta conforme va pasando el tiempo.