Publicado: 27/03/20
Categoría: Games

El lanzamiento estrella de este mes ha sido -sin lugar a dudas- el Animal Crossing New Horizons. El hype por el juego era enorme y la espera se estaba haciendo eterna. Pero ya está aquí. En Le Game B hemos estado jugando (muchas horas) y estas son nuestras primeras impresiones.

El juego comienza eligiendo una isla de entre varias opciones y creando un personaje a tu gusto con una serie de peinados y rasgos personalizables, cosa de la que otras ediciones carecían y tu ‘yo’ virtual no siempre era de tu agrado. En cuanto pones el pie en tu flamante isla es inevitable recordar la sensación continuista de la saga. La estética, el control y la atmósfera recuerda a las anteriores ediciones y esto se palpa desde que inicias la consola. La esencia de Animal Crossing sigue intacta a pesar de incorporar grandes desarrollos técnicos (y la inclusión de un teléfono móvil en el juego).

En primer lugar sorprende la libertad creativa. El salto cualitativo de esta edición respecto a otras tiene la base en todas las posibilidades de diseño y fabricación que se permiten. Ahora puedes mover los objetos de media cuadrícula en media cuadrícula, se pueden editar las habitaciones sin tener que empujar el mobiliario con tu personaje y no sólo tu casa es tu espacio creativo, sino que puedes decorar la totalidad de la isla. Cuatro paredes se quedaban pequeñas para los apasionados de la decoración, por lo que esta mejora ha sido muy positiva. Un detalle: se agradece que el botón de correr y el de recoger los muebles no sean el mismo. En otras ediciones cada vez que corrías dentro de casa guardabas sin querer una mesa, un armario, la televisión o lo que pillaras cerca. 

Además puedes crear diseños personalizados, igual que en otros juegos de la saga pero esta vez con más precisión, más herramientas y más opciones. Incluso es posible descargar diseños creados por la comunidad e importarlos a tu partida. Una vez los tengas en tu inventario se pueden aplicar a ropa, mobiliario o cuadros.

A nivel narrativo el juego también cambia ligeramente. La historia de colonizar una isla desierta con nada más que tus manos y un par de consejos de Tom Nook hace que te impliques más en ello. A pesar de que todo el peso del desarrollo de la nueva región recaiga sobre tus hombros, se agradece tener ciertas tareas estipuladas desde el comienzo para no quedarse sin cosas que hacer. El Plan de Asentamiento implica planear donde estará situado el museo o las casas de tus vecinos. Además, puedes elegir la localización de todos estos edificios y si no te gusta la distribución o te aburres de ella, siempre podrás cambiarla.

Durante esta aclimatación del terreno puede llegar a ser algo cansado tener que esperar a que los edificios mejoren. Sócrates, el búho encargado del museo, se instala en tu pueblo con una tienda de campaña y son dos días los que pasan hasta que se inaugura el edificio. Eso sí, una vez construido es sencillamente espectacular. Estéticamente es precioso y es mucho más fiel a lo que son los museos en la vida real. Desde grandes tanques de agua y pequeños acuarios a terrarios y hasta bichos campando a sus anchas, todo está cuidado al milímetro. Además, en las salas de fósiles, destaca una línea de la evolución que guía al visitante a lo largo de la historia de los seres vivos, desde los primeros trilobites hasta el ser humano.

Hay que mencionar el sistema de crafteo de herramientas. Caña, pala, hacha y demás enseres se rompen con un número determinado de usos. Puede ser un poco tedioso al principio pero rápidamente te acostumbras al bricolaje. Por si fuera poco, puedes construir gran cantidad de muebles y objetos decorativos que además puedes personalizar. Su apariencia ya no es un problema puesto que se pueden elegir diferentes tipos y tonos de madera para completar un salón a tu gusto.

Por otro lado y al igual que en otros juegos de la saga, tu isla es visitada periódicamente por personajes con los que interactuar, tradear objetos o hacer misiones. Siempre gusta tener visita y sólo queda esperar quienes serán los personajes incluidos en este juego. De momento falta por ver si aparecen figuras icónicas de la saga, como Sisebuto, Ladino el Honrado o Tórtimer.

Si hay que ponerle alguna pega al juego, se puede mencionar que el sistema de viajes online a islas de tus amigos se hace algo tedioso. En primer lugar tienes que estar charlando un buen rato con Rafa, el dodo del mostrador del aeropuerto, para poder embarcar. La burocracia y esas cosas que se nos atraganta siempre. La gracia del modo multijugador es que cuantos más seáis en una isla, mejor. ¿El problema? Cada vez que una nueva persona llega se detiene la partida.

Si estás pescando, más te vale guardar la caña porque la animación de llegada del nuevo turista interrumpirá tus acciones y perderás el pez. Lo mismo sucede si estás comprando algo tanto en la tienda como a algún personaje. A pesar de ello, merece completamente la pena jugar en comunidad. Si bien es cierto que el chat es incómodo y cuesta bastante escribir, con una aplicación de llamadas paralela el juego se disfruta el doble.

En conclusión, Animal Crossing New Horizons reúne los mejores elementos de ediciones anteriores y los combina en un sólo juego. A estos se añaden altas dosis de libertad y creatividad que, con unos gráficos cuidados, una estética súper reconocible y una cómoda jugabilidad fomentan que se haga mucho más fácil conseguir la sensación de pertenencia a una comunidad.